6.06.2011

Capitulo uno - Comienzos


Narrado por Juliett
Aun la oscuridad de esa noche de verano, me conocía esa calle de memoria. No era normal en mí llegar tarde, pero había tenido un día atareado.
Entre por la puerta que ya estaba abierta, subí por las escaleras que años atrás subí por primera vez, y entre en la habitación donde tantas risas se han ocasionado.
Se había puesto la camiseta que tanto le gustaba, la que yo le regale en su pasado cumpleaños, y la falda que le compre en este, y me sonrío.
-Felicidades chica mayor- le sonreí. Adriana, mi mejor amiga, cumplía hoy los dieciocho años. Aun que yo solo tenia 16, tengo que admitir, que yo soy la que le cuidaba.
-Tampoco soy tan mayor,…solo que tu eres muy pequeña- me dijo entre risas.
Le mire mal, no me gustaba que me dijese pequeña, por que yo no era muy alta, aun que por otra parte me gustaba, por que me lo decía con cariño.
Ambas nos parecíamos mucho. Éramos muy cabezonas, y nos gustaba la fiesta. Aun que,…no es lo único que nos gustaba en común.
Nunca hablábamos de esto, aun que lo gritemos con los ojos.
Ambas estamos enamoradas de el mismo chico.
Si, era algo bastante difícil, mantener una relación así. Ella era mi mejor amiga, desde muchos años,…pero el. Era el.
Aun que, yo se que estaría mejor conmigo que con ella.
Cristian. Era, para nosotras, el chico ideal. Por que sus defectos le hacían simplemente perfecto.
No podíamos hablar de el, por que acabábamos siempre peleadas. Y, como no, no podíamos vivir la una sin la otra, pero tampoco sin el.
Aun que a ella no le gustaban los regalos, yo siempre le compraba muchas cosas, por que, solo es una vez al año.
Pero este año, todo cambiaria con mi regalo, un regalo tan simple como especial.
Le entregue un sobre, de color rosa, su color favorito después del blanco.
Lo abrió, y saco de el una hoja un poco arrugada de papel de libreta.
Lo miró sorprendida, por que parecía una cosa vieja para tirar, pero eso le dio mas curiosidad de ver que era aquello.
Lo abrió, con cuidado como si se fuese a romper.
Y lo empezó a leer. Lo volvió a leer, como si no supiese que hacer con el, y me miro.
-Esto,…¿Qué es?-me pregunto con curiosidad. Era normal que no supiera por que le regalaba una cosa así. – 25 cosas que hacer antes de morir- dije con total normalidad. Me miro como si estuviese loca, pero a la vez con mas intriga –Pero me refiero, ¿Qué quieres que haga con el? Se supone que esto es para que lo hagas tu, no yo, es tu lista.
Le sonreí, y le explique:
- Ya, lo se. Es mi lista, pero quiero que me ayudes. Puedo hacerlo yo sola, pero,…es mejor acompañada que sola. Al fin y al cabo,…¿Qué mejor regalo que este?
Ella no lo comprendía, no le veía ni pies ni cabeza, pero aun sin comprenderlo, asintió con la cabeza, ya que siempre había estado ahí, conmigo, como yo con ella, esta vez también iba a estar.
Con la charla, llegamos un poco tarde al cumpleaños, pero lleguamos por los pelos al siguiente pase de la película del cine.

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